martes, 5 de abril de 2011

Japon: una patria toda para descrubir

No habria nunca pensado que un dia yo iria a Japon. Un lugar tan lejos, tan diferente desde mi pais. Si el año pasado me hubieran preguntado algo sobre el Japon, yo habria respondido: “ ¿Japon? ¡No me interesa por nada!”.

Pues me equivocaba.

Cuando mi prima me dijo que habria ido a vivir en Japon por un año, yo supe inmediatamente que no podìa perder una buena oportunidad.

No empecè pronto a buscar el vuelo y esto fue un error fatal.

Era el mes de Julio durante el período de sesiones de examenes cuando empecé a buscar un vuelo para el mes siguiente.

Estuve muchos dìas, por dìa y por noche buscando una oferta que al final llegò.

Mis padres me ayudaron mucho, no solo econòmicamente , sino tambien por sus conocimiento de una patria donde ya habian ido.

Me acuerdo todavia el dìa que sali: el viaje fue largo y muy cansado, especialmente porque tuve hacer una escala de doce horas en Dubai.

El gran numero de entretenimientos del aviòn no contribuyeron a debilitar el miedo de estar a 12 mil metros arriba el nìvel del mar.

El primer contacto con una cultura diferente de la mia fue extraordinario: limpieza, diligencia, rigor, respeto, puntualidad, eficiencia; todo esto hasta la exasperaciòn.

El ìndice de suicidios en Japon està muy alto, muchos japoneses si no lo pasan bien en el trabajo se matan.

Todavia està muy fuerte la presencia de la religìon en la vida de este pueblo: en la ciudad de Kyoto, capital cultural del paìs y ciudad donde yo estaba, hay mas que 1000 templos.

La comida japonesa me extrañò mucho cuando descubrí que atràs del sushi, conocido en todo el mundo, hay una cocina excelente, para mi mejor que el mismo sushi.

La situaciòn màs extraña fue sobre un tren, volviendo a casa por la noche despues un dia de visitas, cuando me di cuenta que todos los japoneses de mi vagòn estaban borrachos.

Lo japoneses que trabajan hasta las ocho de la tarde salen todos los dias con sus colegas para beber algo, la mayorìa de las veces exagerando.

Añadiendo a esto la extraña relaciòn que hay entre japoneses y manga, aprendí las carencias de un pueblo aparentemente perfecto, obligado a una formalidad que con el tiempo puede dañar.

Japon, todavia, es un paìs grande con una historia grande.

Me fasciné mucho de todo lo que vi, pero el recuerdo de Hiroshima se quedo presente en mi cabeza.

El monumento funerario a los muertos de la segunda guerra mundial, rodeado por un silencio irreal y por el unico edificio que quedò, me transmitieron emociones muy fuertes, como si fuera posible rivivir aquellos momentos.








Fueron 20 dias de puta madre. Todavia si yo dijera a todos de visitar el Japon, probablemente nadie me escucharia en este momento. Por eso yo espero, en mi corazon estoy seguro, que Japon pueda volver a ser lo que era, gracias al orgullo y a la fuerza de un pueblo que como ellos, son pocos.

2 comentarios:

  1. Gracias, Gia...perdón, Luca, por contarnos este interesante viaje. A mí me pasa lo mismo: Japón es un país que no me llama nada la atención, pero después de leer tu viaje he cambiado un poco...
    El texto que has escrito está muy bien. Solamente te corregiré algunas cositas:
    -"12 mil metros SOBRE el nivel del mar"
    Dices que "muchos japoneses si no lo pasan bien en el trabajo se suicidan". Teniendo en cuenta que "pasarlo bien" significa "divertirse" me parece un poco exagerado :-) . Creo que lo que quieres decir es "si no les va bien en el trabajo"

    ResponderEliminar